Libros de no ficción, donde todo el mundo gana

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En este artículo vamos a hablar de los libros de no ficción. Qué son, porqué son importantes y cuáles son los beneficios para quienes los escriben y los leen.

Qué es un libro de no ficción y su importancia

Escribir y leer siempre han tenido múltiples finalidades.

Si preguntamos a los autores porqué escriben (y a los lectores porqué leen) seguramente encontraríamos tantas respuestas como personas existen. Y es que cada uno tiene sus motivos.

De los tipos de libros que se publican uno de los más importantes es el de la no ficción. Engloba aquellas obras que transmiten una información, un conocimiento de determinado tipo o un saber con el que las personas incrementan su sabiduría y su saber hacer.

Estos libros cumplen en buena medida una función educativa y formativa, pero a mi juicio su importancia va mucho más allá.

Por un lado, representan una de las bases de la evolución de la sociedad: la transmisión del conocimiento. La sociedad ha evolucionado a lo largo de los siglos en base al saber de cada momento, saber que ha ido sustituyéndose por el siguiente en un continuo ciclo de mejora de la especie y su entorno. Dicho de otra forma, los seres humanos cada vez han ido sabiendo más, y ese saber ha permitido la evolución. ¿Cómo se ha materializado ese saber? A través de la transmisión del conocimiento.

Por otro lado, un libro de no ficción permite en gran medida algo que también beneficia a la especie humana: la resolución de problemas. Cuando leemos acerca de cómo evitar una enfermedad, o de cómo conseguir ingresos, o de cómo evitar que nuestra mascota haga algo, estamos resolviendo problemas, y eso incide en la mejora general del bienestar de la especie.

Las personas quieren estar bien, quieren ser felices, quieren no tener problemas, y si los tienen quieren tener las soluciones, de ahí la gran importancia de los libros de no ficción. Escribirlos, por tanto, supone ayudar a la humanidad y leerlos mejorar el nivel de vida.

¿Quién puede escribir un libro de no ficción? 

Cualquier persona con conocimientos en determinadas materias puede escribir libros de no ficción.

Lo importante es el saber y el talento por encima de otros condicionantes como la calidad literaria. Creo que quien compra un libro de no ficción lo que busca es información o conocimiento y el autor debe dárselo aunque no sea un experto en técnicas narrativas. Escribiendo de forma correcta y entendible si cumple la anterior finalidad el resultado será óptimo.

Llegados aquí es cuando podemos percibir el tremendo potencial de este tipo de libros. ¿Cuántas personas hay con saberes en el mundo? ¿Cuántas personas poseen conocimientos de valor, informaciones relevantes para compartir?

Y profundizando en ello, ¿cuántas personas tienen estudios, se han formado y acumulan títulos que acreditan saberes en las más diversas ramas?

Todas esas personas tienen algo que compartir y pueden escribir libros de esta clase.

Un supuesto concreto y nada aprovechado es el de las personas universitarias. Muchos estudiantes acaban sus años de universidad con la única pretensión de buscar empleo en el mercado de trabajo, pero pocos se plantean otra opción: no utilizar lo aprendido para trabajar, sino para transmitirlo al mundo, para compartirlo con los demás. La vía: los libros de no ficción.

Las personas, por tanto, con titulación universitaria o de otro tipo pueden plantearse esta posibilidad como una salida laboral muy plausible y realizable.

3 formas de beneficiarte económicamente de los libros de no ficción (o porqué deberías escribir ya un libro de no ficción)

El autor, evidentemente, necesita ingresos, y el autor de no ficción no es una excepción.

Quizá además sea éste uno de los campos donde se vea más claramente lo justificada que está una contraprestación: yo aporto soluciones y usted me remunera por ellas. Yo le resuelvo problemas y usted me da algo a cambio. Justo, ¿verdad? Una exquisita forma de economía basada en la colaboración y el valor.

De forma concreta tenemos al menos 3 maneras de monetizar su trabajo los autores de no ficción.

Por un lado, un libro de no ficción puede constituir un ingreso extra residual que acompañe al ingreso habitual de la persona como consecuencia de su trabajo ordinario. Dicho de otra forma: alguien puede tener una ocupación determinada (abogado, médico, ingeniero, asesor…), percibir sus ingresos habituales por la misma y complementarlos con un extra proveniente de la venta de sus libros de no ficción sobre dicha materia. El libro, en este sentido, permite un ingreso recurrente adicional que mejora el nivel de vida del autor.

Por otro lado, un libro de no ficción puede ser un ingreso constante, recurrente y suficiente si se configura como modelo de negocio propio, es decir si decides ser escritor. Lo cual cobra su grandísima importancia a la hora de hablar de los medios digitales y de cómo ganar dinero con Internet.

Un ebook, por ejemplo, es un tipo de infoproducto perfecto y muchos profesionales de internet tenemos configurada esta actividad como nuestro medio de vida habitual. Con una plataforma tipo blog podemos crear nuestros infoproductos en general, y nuestros ebooks en concreto, y conseguir que esos ingresos constituyan nuestro medio de vida ordinario. Ya no es un ingreso residual sino que, enfocado como negocio, como actividad habitual, es nuestro medio de vida.

Finalmente, los libros de no ficción aportan una serie de beneficios económicos indirectos para las personas que los escriben.

Proporcionan una mejora de la marca personal y mejoran la imagen de expertos que se tiene de sus autores. Está claro que no es lo mismo ser Antonio Pérez, abogado laboralista, que Antonio Pérez, abogado laboralista y autor de Perspectivas del mercado de trabajo en el nuevo siglo. Esa mejora de la marca personal y de la imagen de experto del autor se traduce antes o después en un incremento de ingresos.

Igualmente se traduce en el surgimiento de nuevas oportunidades laborales. Congresos, conferencias, talleres, servicios de consultoría, coaching, mentoring… toda una serie de oportunidades que, si son aceptadas por el autor, pueden traducirse en nuevos ingresos extra.

Y llegado aquí y para finalizar, no puedo dejar de maravillarme de lo extraordinarios que son los libros de no ficción para todo el mundo: autores, lectores… Todo el mundo gana algo y mejora su vida en algún sentido. ¿Quién dijo que la economía siempre tenía que ser competitiva o especulativa? Hay muchas formas de generar ingresos y una de las más bonitas es contribuyendo a elevar el nivel de vida de las personas y la calidad de su existencia.


AGUSTÍN GRAU es licenciado en derecho, emprendedor, creador del blog www.agustingrau.com y autor de varios libros de no ficción.

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Dos autores geniales de ciencia ficción frente a frente: Lem vs Haldeman

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Por Pedro González

En el mundo de la literatura de ciencia ficción, nombres clásicos como Isaac Asimov, Philip K. Dick, Arthur C. Clark u Orson Scott Card son los primeros que vienen a la mente de cualquier aficionado.

También podríamos hablar de otros brillantes en su género, como Ray Bradbury, HG Wells, Robert Heinlein, Frank Herbert, William Gibson o JG Ballard. Y eso, por no hablar de grandes clásicos llenos de talento, como Julio Verne, Mary Shelley, George Orwell, Aldous Huxley o HP Lovecraft.

Pero no, reconociendo el enorme talento todos estos nombres que hemos recordado, y otros actuales, como James SA Corey o George RR Martin, aquí nos interesan dos nombres que, tal vez no son tan conocidos, pero son brillantes en su campo. Hablamos de Stanislaw Lem y Joe Haldeman.

Joe Haldeman y Stanislaw Lem: dos autores de ciencia ficción que merecen ser reconocidos

Stanislaw Lem en 1966 (Fuente: Wikipedia)

¿Por qué hablo de estos dos autores? Primero, porque son mis favoritos del género, y me han dado carta blanca para recomendarlos. Así que aprovecho para que cualquier aficionado a la ciencia ficción descubra una perspectiva nueva sobre el género.

Sea como fuere, es muy probable que conozcas, al menos, un libro de cada uno, aquel que le ha dado fama mundial. Por un lado, tenemos a Joe Haldeman, con La guerra interminable. Por otro, Stanislaw Lem escribió Solaris.

Pero ambos autores han escrito mucho, muchísimo, y en condiciones muy diferentes, ya que Haldeman es un veterano de la Guerra del Vietnam, mientras que Lem nació y creció en su Polonia natal bajo el férreo régimen socialista soviético, y todo ello se transcribe en cada novela que ha visto la luz de la mano y pluma de ambos.

Joe Haldeman, el pacifista autor de La guerra interminable

Vamos a comenzar con Haldeman. ¿Qué hace que este autor sea diferente a cuanto conocemos? Sin duda, su pacifismo militante es lo primero que llama la atención, máxime cuando se cultiva un género tradicionalmente guerrero y violento como es la ciencia ficción.

Es curioso que este autor no sea más reconocido a nivel mundial, pues en el género de la ciencia ficción lo ha sido prácticamente todo. No obstante, su historia vital es bastante curiosa. Llamado a filas para participar en la Guerra del Vietnam (fue condecorado con el Corazón Púrpura), marchó poco después de graduarse en Física en 1967 en la especialidad de astronomía por la Universidad de Maryland.

Su formación científica y su experiencia en la guerra, donde fue herido de gravedad por una mina, lo llevó a escribir su primer libro, War Year, donde narraba sus experiencias en el célebre conflicto.

No obstante, sus inquietudes literarias y su salto a la fama llegarían unos años más tarde, cuando publicó en 1975 La guerra interminable, una de las mejores obras de ciencia ficción que se han escrito hasta la fecha.

Desde aquel lejano año hace más de cuatro décadas, Haldeman se ha hecho con importantes galardones, como los prestigiosos premios Hugo, Nébula y Locus. Obviamente, hoy día es un prestigioso novelista de ciencia ficción, además de profesor de redacción y escritura.

Qué leer de la obra de Joe Haldeman

Personalmente, recomendaría toda su extensa obra que abarca casi 50 años de civilización humana vista desde la perspectiva de la ciencia ficción, pero con claro interés en contar lo que pasa hoy en día en nuestro mundo.

Si me tuviera que quedar con tres libros del autor, serían, sin lugar a dudas, La Guerra Interminable, una verdadera obra maestra de la ciencia ficción moderna, Paz Interminable, una especie de continuación no oficial que regresa sobre el tema de la agresividad de las especies, y Viejo Siglo XX, una curiosa reflexión sobre la añoranza que, además, podríamos intercalar dentro de la obra de Haldeman que, al más puro estilo Honoré de Balzac, se pueden considerar todos sus libros como una historia que nunca acaba y que no se entiende si no se observa al completo, aunque cada texto sea independiente del otro.

Stanislaw Lem, un estudioso en la corte de la ciencia ficción

Por otro lado, la carrera profesional de Stanislaw Lem es, si cabe, incluso más interesante que la de Haldeman. Polaco de nacimiento en la actual ciudad ucraniana de Leópolis, vio la luz en 1921 y sufrió los estragos de la Segunda Guerra Mundial desde la resistencia, con la que colaboró como soldador. Él mismo afirmaba con ironía que era tan malo soldando que no le suponía esfuerzo alguno sabotear nada.

Pero lo mejor de Lem estaba por llegar. Vivió la época más dura del comunismo soviético, hecho que se refleja en la evolución de su pensamiento y de su propia literatura, pues se observa un cambio pronunciado en su obra desde sus comienzos literarios hasta sus últimos textos, datados a finales del siglo XX y comienzos del XXI.

Pero, ¿qué decir de este escritor que no se haya dicho ya? Por mi parte, destacaría un detalle que, considero, es manifiesto. Su tono filosófico y sus grandes dosis de sátira encuentran la fama en dos de sus obras más conocidas, Solaris y Ciberíada. Ambas fueron adaptadas a más de 40 idiomas superando los 25 millones de ejemplares vendidos. Incluso tuvieron adaptaciones al cine por la mano de Andrei Tarkovski y Steven Soderbergh.

Qué leer de Stanislaw Lem

Sin embargo, si tuviera que destacar tres novelas del autor, no sería ninguna de ellas. Por mi parte, considero que tiene tres obras que considero magníficas por el tiempo en que están escritas, por su capacidad de inventiva, de uso de la ciencia de la época e incluso por ser relativamente predictivas. Estas serían Astronautas, La fiebre del heno y El Invencible.

Su primera novela, Astronautas, todavía denota ese toque añejo del comunismo del siglo XX como solución de todos los males de la humanidad. Sin embargo, su experiencia alrededor de la idea del primer viaje a Venus es magnífica, pese a que, a nivel científico, fuese bastante desubicada.

El Invencible es un claro ejemplo de ciencia ficción pura en una expedición a un planeta donde los seres humanos no son bienvenidos. Por su parte, La fiebre del heno es un maravilloso ejercicio de encaje de bolillos donde una compleja trama investigadora acaba por ser un perfecto puzle que sorprende a propios y extraños.

¿Te gusta soñar con mundos lejanos sin perder el hilo de la ciencia real y la filosofía y sociología actual? Echa un vistazo a la bibliografía de Lem y Haldeman, no te arrepentirás jamás.


Pedro González lleva años en el mundo del los blogs y las letras. Puedes saber más de él en:
https://www.pgonzalezescritor.com/
http://escritorimaginativo.wordpress.com/

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