10 novelas feelgood por si necesitas un respiro

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Por Mónica Gutiérrez Artero

Hace algunos años, el género feelgood se puso de moda en el panorama literario y pocos fueron los catálogos editoriales que no ostentaban entre sus novedades algunos títulos pertenecientes a esta categoría. Actualmente se considera, a grandes rasgos, que la novela feelgood es aquella que narra una historia agradable y de final feliz; paisajes en los que el lector desearía perderse unas horas, personajes con los que se tomaría una taza de té/café/chocolate y se comería un buen pedazo de bizcocho, y situaciones llenas de encanto y humor.

Es fina la línea que separa la novela feelgood de la comedia romántica; seguramente porque los dos géneros a menudo suelen tener dos puntos en común: el humor y el romance. Pero aunque ambas disfruten de un ineludible final feliz, el lector de una novela feelgood debe encontrar otros elementos distintos además de la comedia y el romance (que no debe ser, en ningún caso, el tema principal, ni tampoco condición imprescindible de este género). Además, un libro feelgood puede ser o no de ficción y su trama no resulta incompatible con ningún otro género a excepción, seguramente, del drama o del terror. Y es que la clave de esta categoría literaria está en la historia que se cuenta pero también —y muy especialmente— en la manera de contarla.

“Pero esa clase de ficción ya hace años que me gusta”, pensará el lector. Por supuesto, no hay nada nuevo bajo el sol. Las novelas encantadoras, felices, divertidas, simpáticas, curiosas y agradables no son un invento del siglo XXI. Aunque hasta hace poco no se las haya etiquetado como feelgood, no significa que el concepto no existiese. Además, si se quiere disfrutar plenamente de los nuevos bestsellers del género siempre resulta conveniente remontarse a las raíces y comprobar de primera mano (o lectura) a qué se refieren editoriales y libreros cuando pronuncian “feelgood”.

Si os apetece curiosear un poco, os propongo un botiquín de emergencia de novelas de ficción feelgood para cuando os abrume el mundanal ruido que siempre nos rodea o para esconderse un ratito de la astenia primaveral y las malditas alergias. Veréis que la mayoría de títulos son del siglo pasado porque esta brevísima lista tiene mucho más de introducción al género que no de guía. ¿Preparados para descubrir las novelas más charming y leer con una sonrisa en los labios? Vamos allá:

Los millones de Brewster (1902), George Barr McCutcheon

Un joven norteamericano entrará en posesión de una herencia suculenta siempre y cuando pierda un millón de dólares en un año. La gracia es que a principios del siglo XX no era tan sencillo gastarse semejante cifra.

Mr. Rosenblum sueña en inglés (2010), Natasha Solomons

Jacob Rosenblum y su esposa Sadie llegan a Inglaterra en 1937 dispuestos a que les guste el té, la jardinería y la ornitología. El problema es que el entusiasmo de Mr. Rosenblum por ser inglés quizás lo convierte en… demasiado inglés para los ingleses.

Flores para la señora Harris (1958), Paul Gallico

Las señoras de la limpieza de Londres son tan formidables que son capaces de conquistar París y volver vestidas de Chanel para ponerles las cosas claras a los más impertinentes. Ada Harris es un personaje inolvidable y su aventura parisina, una historia amable y optimista de la concepción literaria de la evasión por placer.

La librería ambulante (1917), Christopher Morley

Helen no ama tanto los libros como su hermano, o como Roger Mifflin, pero aprenderá que la pasión y la aventura también pueden ir de la mano de la literatura más inesperada.

Un abril encantado (1922), Elizabeth von Arnim

Para aquellos que aprecian las glicinas y el sol. Se alquila pequeño castillo medieval italiano amueblado durante el mes de abril. Perfecta para la primavera

Un lugar afortunado (2013), Loredana Limone

Una novela amable, delicada, ambientada en Borgo Propicio, un pueblecito italiano algo excéntrico, pero de buen corazón. Una muestra notable del feelgood más mediterráneo que se lee en un suspiro y deja con ganas de saber más sobre los habitantes de ese lugar tan afortunado.

Valancy Stirling o El castillo azul (1926), Lucy Maud Montgomery

De la autora de Ana de las Tejas Verdes, una novela para adultos con todos los ingredientes del feelgood: las hermosísimas montañas de Mistawis, una naturaleza salvaje y bella que se convierte en refugio de los personajes principales, carácteres excéntricos y maravillosos que siempre aportan, final feliz y una protagonista extraordinaria capaz de rebelarse a los convencionalismos de su época.

El libro de la señorita Buncle (1934), D.E. Stevenson

La encantadora Barbara Buncle escribe un libro sobre sus excéntricos vecinos de Silverstream y estalla el escándalo en la no tan apacible campiña inglesa.

Miss Pettigrew lives for a day (1937), Winifred Watson

La entrañable Miss Pettigrew suelta por el Londres nocturno de los locos años veinte, poniendo orden entre las cabezas de chorlito con su british touch más encantador.

La juguetería errante (1946), Edmund Crispin

El detective más excéntrico de Oxford debe resolver un crimen cometido en una juguetería que no existe. Una novela que puede enmarcarse dentro del género cozy o feelgood detectivesco.

Sobre la autora de este post

Mónica Gutiérrez Artero nació y vive en Barcelona. Licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, y en Historia por la Universitat de Barcelona, la mayor parte de su carrera profesional se ha desarrollado en el ámbito de la comunicación y la enseñanza.

En la actualidad cuenta con seis novelas publicadas y un libro de relatos, la mayoría en la categoría feelgood:

“Cuéntame una noctalia” (Amazon, 2012) – “Un hotel en ninguna parte” (Amazon, 2014) – “La librería a la vuelta de la esquina” (Relatos, Amazon, 2015) – “El noviembre de Kate” (Roca editorial, 2016) – “La librería del señor Livingstone” (Amazon, 2017) – “Todos los veranos del mundo” (Roca editorial, julio 2018) – “El invierno más oscuro” (Amazon, 2018) (con seudónimo)

La página personal de Mónica es: http://monicagutierrezartero.com

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Mi primera experiencia en la autopublicación

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Escribe: Pedro Suau Jaume

La verdad es que fui un poco iluso pensando que autopublicar un ebook, solo era subirlo a una plataforma y esperar que llegaran las ventas. Nada más que eso. La realidad es otra. Me estoy dando cuenta que hay que hacer mucha promoción y más cuando uno es un completo desconocido en este mundo. Pero da igual… mi objetivo ahora es ir consiguiendo nuevos lectores poco a poco. También tengo que decir que pedí consejo a dos autores autopublicados que venden mucho en Amazon. Un escritor y una escritora. Les envié un mensaje por Facebook y ninguno de los dos se dignó a contestar o por lo menos dar algún consejo. No voy a decir los nombres porque no viene a cuento y tampoco no tienen ninguna obligación de contestar sin no quieren.
Hace cosa de un mes, autopubliqué mi primera novela en Amazon y la verdad es que estoy muy contento. Se va vendiendo poco a poco, pero se vende. Noté la diferencia con la promoción gratuita. En solo tres días se lo descargaron 640 personas, pero después han caído mucho las ventas. Creo que las ventas de pago se comportan de otra manera. De todas formas, solo con ver mi novela autopublicada en Amazon ya me hace ilusión. Aparte de leer, me encanta escribir y contar una historia con unos personajes bien creados.
También tengo que decir que no soy el típico escritor vocacional de nacimiento. Mi pasión por la escritura empezó tras un grave accidente de motocicleta que tuve en el año 1998 cuando iba de camino al trabajo. Cuatro meses en un hospital, un montón de operaciones y unos tres años de rehabilitación fueron las consecuencias de ese grave accidente. En aquellos momentos, tuve mucho tiempo para la lectura y fue cuando me decidí para escribir algo. Lo hacía para mí y amigos. Escribía borradores a mano y los guardaba. Pero lo que siento más es que mi padre no pudiese llegar a leer mi primera novela autopublicada. Creo que le hubiese hecho ilusión leerla, pero esto ya no lo sabré nunca.
Solo hace nueve meses que falleció de Alzeimer y Parkinson. Dos terribles enfermedades que poco a poco acabaron con su vida. Como una planta que se apaga lentamente. Viví en primera persona su deterioro cognitivo y físico. Lo ayudé todo lo que pude, pero a veces me sentía impotente por no poder hacer más por él.
Teníamos carácteres diferentes y discutíamos muchas veces, pero siempre, al cabo de un rato, había una reconciliación. No hay ningún día que no piense con él cuando me levanto, pero ahora ya solo me quedan sus recuerdos y momentos vividos.
Sobre mi novela, sé que no va a gustar a todo el mundo. Habrá gente que le gustara y otra que no. Como todo en la vida. Pero mientras haya personas que les guste ya me basta.

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