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Jesús B. Vilches es uno de nuestros autores de fantasía favoritos aquí en Ebrolis. Su saga «La Flor De Jade» estrena quinta parte y para celebrarlo, hoy te traemos una entrevista donde Jesús, nos cuenta quién es y por qué escribe.
Hola Jesús, en primer lugar, muchísimas gracias por darnos esta entrevista. Hoy queremos hablar de la flamante quinta entrega de tu saga «La flor de Jade», pero también de tus otras novelas y de tu vida como escritor.
Muchísimas gracias a vosotros. Quiero aprovechar para saludar a todo el equipo de Ebrolis, creo que hacéis un trabajo estupendo, especialmente en la difusión de títulos y obras independientes. Sinceramente es un placer estar con vosotros.
Pero para aquellos que no te conocen, empecemos por el principio. ¿Quién es Jesús B. Vilches?
Pues no tiene mucho misterio. Soy un español, licenciado en Historia e Historia del Arte que lleva escribiendo desde que puede sostener un lápiz y que un día decidió que quería vivir de sus historias. Dejó sus oposiciones al cuerpo de profesores del estado para irse a vivir a Madrid. Allí conoció a un grupo de personas muy interesantes como Luis Royo y su hijo Rómulo, con quienes tuve la oportunidad de publicar en su proyecto MaleficTime; Carlos Pacheco, nuestro insigne dibujante de Marvel y DC, de quien aprendí muchísimo sobre los entresijos del mundillo editorial, Alfonso Azpiri, recientemente fallecido, Nekro, quien hoy hace la portada del V libro o Javier Charro, quien fue responsable de las portadas anteriores. No olvido a mis colegas de oficio Fernando Trujillo y César García, antiguos compañeros de editorial que son quienes realmente me animan al salto digital e independiente. En ese caldo de cultivo, aquel tipo extrovertido, amante de la buena cerveza, los videojuegos, las series y el contacto con la gente acabó encontrando la manera más gratificante de hacer de la literatura su verdadero oficio.
Cuéntanos un poquito sobre la saga «La flor de jade». ¿De qué se trata y con qué tipos de lectores ha tenido mayor repercusión?
«La flor de jade» es una pieza de largo recorrido que tiene sus raíces y su aspecto inicial anclado en el género clásico de la fantasía, pero que a su vez busca y pretende despegarse poco a poco de ella. En este sentido, tiene un curioso efecto de empatía-divergencia con lo que resulta el eje de coordenadas habitual del género.
Al principio supuse que mi arco de lectores estaría situado entre aquellos con mayor predisposición teórica a una historia de este género; adolescentes y jóvenes entre 15-30 años. La realidad es que el arco se alarga mucho más de lo sospechado y tengo no pocos lectores menores de 15 y mayores de 60 que han conectado muy bien con la saga. También supuse que mi público, por las tendencias del género, sería abrumadoramente masculino y nada más lejos, de hecho las mujeres están muy equilibradas con los hombres en este sentido. El arquetipo de lector más repetido en mi caso es adulto entre 25-45 años, profesional y económicamente independiente. Esto me hace sacar dos conclusiones básicas: El género está muy vivo y no es para nada restrictivo. Una historia, aunque hable de enanos y elfos, puede robar el interés y fidelizar a un público sin barreras de edad, sexo o nivel socio-económico. Y dos: las chicas son guerreras y leen mucha, mucha fantasía. Ambas cosas son muy estimulantes para mi.
Siempre tuve en mente que «El enviado» sería solo el preámbulo de una historia. Nació ya como parte de un todo. No es un libro que acabara desarrollando una historia más larga a partir de él; sino que es, con toda honestidad, solo la puerta de entrada a una historia que ha terminado necesitando 6 volúmenes para completarse. Siendo así, la idea que hace surgir «El enviado», es la idea que hace existir a toda la saga.
Trataré de resumirla con esta interrogante retórica. ¿Qué pasaría si un día despertaras en una realidad en la que el simple hecho de ser un humano fuese una condena a muerte? Un lugar donde los humanos están siendo exterminados sistemáticamente y lo han perdido todo, los elfos son insufribles racistas, los enanos se alejan de su propia caricatura para convertirse en fieros y malhablados guerreros. Un mundo que se cae a pedazos en el que quienes siempre habitaron en las grietas son los únicos que combaten su destino y que toda la esperanza de salir de allí te lleve a olvidar cuanto conocías y a re-situarte en una realidad que siempre perteneció a la literatura.
«El enviado» solo abre la puerta.
¿Cómo te organizaste para escribirla?
Ufff. Complejo. Soy escritor intuitivo y eso quiere decir que yo siempre trabajo sobre una estructura vertebrada de base. Esa estructura implica el diseño de los grandes hitos y giros argumentales de toda la saga. A partir de ahí, su concreción suma estos elementos predefinidos a la capacidad de escuchar a los personajes y darles la libertad de alterar esa estructura a través de sus propias acciones. Es decir, hay un porcentaje de la historia que no se piensa. Deliberadamente dejo a los personajes construir a través de sus acciones. Puede que sea algo difícil de entender y fácilmente confundible con la improvisación y no es el caso. Creo que eso tiene mucho que ver con mis raíces como jugador y director de rol. Cuando uno diseña como director o juega una aventura de rol, si la aventura está bien hecha tiene todos sus elementos perfectamente diseñados pero la resolución de esa partida puede tener infinitas variantes, que dependerán en cómo los personajes interaccionen, encaren y resuelvan cada una de las situaciones concretas. Sería algo parecido a un juego sandbox: El universo está ahí, totalmente diseñado, las aventuras también… pero cada vez que juegas, juegas una partida distinta dependiendo de cómo encares el personaje y resuelvas de manera concreta cada situación.
Yo hago algo parecido al narrar. Hasta que no pongo a los personajes a hablar no sé exactamente qué lineas de diálogo concreto tendrán o cómo van a interactuar entre ellos… y eso puede alterar y de hecho altera planteamientos previos.
¿Qué fue lo más complicado de la escritura de esta quinta entrega en comparación con el resto de tus novelas?
En el plano estrictamente del oficio, la propia presión de los volúmenes precedentes. Mi máxima es siempre la misma: como escritor doy todo en cada volumen. El nivel máximo de un libro marca el punto de arranque del siguiente. Además, la saga comienza una marcada tendencia hacia la profundidad emocional y argumental a partir del III volumen que hay que mantener y potenciar. En el plano personal, estos dos últimos años y medio han sido intensos en cuanto a cambios y emociones que me han sacado mucho del tablero de escritura, con lo que la redacción fue mucho más costosa.
«Como escritor doy todo en cada volumen»
¿Tenías claro desde el principio cómo la escribirías?
Cristalino. Me he manejado siempre en dos líneas clave. La primera, desde el punto de vista argumental, subrayo los parámetros que he mencionado antes:
Una historia de personajes, donde sus emociones y acciones son las que crean el argumento y no solo un argumento en el que están insertos los personajes.
Un acercamiento inicial a las claves clásicas del género para ir realizando un progresivo alejamiento y un viraje que presente un mundo mucho más dinámico y poliédrico.
Un universo con bases sólidas reales, que responda a las dinámicas históricas.
Y una redacción que no parta de un diseño monolítico sino que permita flexibilidad.
Eso desde el punto de vista formal. Desde el punto de vista emocional siempre quise una historia que respondiese fielmente a lo que yo quería contar y cómo, sin ninguna concesión al “producto” ni pensar en una reacción apriorística del público. Quería que la gente se enganchara a la obra que yo quería escribir, no construir una historia buscando premeditadamente enganchar a un público.
¿Te llevó mucho tiempo escribirla?
Sigo haciéndolo (risas). Ya andamos dando forma al último libro de la saga. Si, han sido algunos años. Los apuntes y redacciones más tempranas de «El enviado» se remontan al 95. No obstante, es una saga plenamente del siglo XXI. La forma casi definitiva de «El enviado» llega sobre 2003. En 2008 están terminados los 3 primeros volúmenes. «El enviado» tiene su primera publicación en papel en 2009. En 2010 sale en papel «El círculo se abre». A finales de 2011 hacemos nuestro salto al digital. En 2014 se publicó el IV volumen y ahora acabamos de sacar V. Cerraremos la saga, si todo marcha bien, a finales de primavera del año que viene (2018) con «Flor de Jade VI Devastación e Inmolación». Si echamos cuentas… uff, casi da vértigo.
Sabemos que además de estar en formato ebook y papel, tus novelas también están en formato audiolibro, narradas nada menos que por ti mismo. ¿Cómo ha sido la experiencia de narrar tus propias historias? (Puedes hacer click aquí para descargarte gratis el audiolibro «El enviado»).
(Risas) Confesaré algo. Tengo estudios de Arte Dramático. Los hice de joven cuando uno anda aún en esa vorágine de estímulos y no sabe bien hacia dónde va a encarar la cosa. Durante casi 20 años eso estuvo ahí y yo no volví a acercarme a un escenario. ¡Ni te imaginas lo útil que están resultando ahora! Chicos, haced cosas: uno nunca sabe cuándo va a usar algo que aprendió en su momento.
Sí, los audiolibros son una apuesta casi personal. En un mundo que cada vez deja menos tiempo libre, un formato que no necesite la manipulación directa, ni siquiera el tiempo de relax para leer, creo que un formato como el audiobook va a terminar, si no imponiéndose, si al menos habitando en cordialidad con el libro escrito. Además, resulta especialmente atractivo para un sector de lectores que habitualmente el negocio editorial ignora: los ciegos y disminuidos visuales.
Lo hemos encarado con la misma filosofía con la que encaro el resto de mi producción. Que sea el autor quien lee sus propias líneas me parece el último ejercicio de vinculación y comunicación con su lector. Además, no hemos podido evitar entrar en algo de trabajo de actor y dramatizar los diálogos, añadir música, efectos de sonido… en fin, que es una producción a la que estamos echando horas y presupuesto.
¿En qué se diferencia la experiencia de leer tus libros con la de escuchar tus audiolibros?
Bueno, es justo en este punto cuando quisiera recordar que hay un sector de mis lectores que escuchar es su única vía de experimentar esta saga. Y sí, sé que hay un millón de apps capaces de leer un libro, pero si puedo evitar que su percepción de «La flor de jade» sea a través de una tostadora parlante, pues genial. Prefiero tener la deferencia de leérselos yo, es lo menos que puedo hacer.
En la “escucha” hay más sensación de inmersión -especialmente si se hace con auriculares- a razón de la propia dramatización en los diálogos y al componente atmosférico de los efectos de sonido y la música. Es más versátil, ya que puedes estar haciendo más de una cosa a la vez. Deja menos margen a la imaginación, eso es cierto; todo lo que sea salir de la abstracción de las páginas precisa de concreciones. Igual ocurriría con un formato visual. Necesariamente tienes que entrar en conflicto con las imaginaciones de los lectores en el mismo instante en el que te ves obligado a ponerle un rostro concreto o una voz a los personajes.
Si tienes tiempo, yo recomiendo la experiencia conjunta (leer mientras se escucha).
Hablemos un poco de tus orígenes como escritor. ¿En qué momento de tu vida decides que quieres escribir tus propias novelas?
Voy a ser muy políticamente incorrecto, pero soy de los que piensa que el artista nace y luego se forma. La pulsión tuvo que venir contigo desde siempre, desde tu más tiernísima infancia. Luego, la canalizas, la nutres, la pules y en ultima instancia te abandonas a ella. Esta última fase creo que es el objeto de tu pregunta. En qué momento este pobre diablo decide que va a mandar al Pozo todo y se va a dedicar a escribir y vender sus libros. En mi caso ocurre por fases. Primero la fase de priorizar la escritura sobre otras formas de ocio. Luego dejando de encuadrarla como ocio y dándole la seriedad y disciplina que merece. Luego llega la fase de “podría buscar un trabajo que me permitiese escribir” Y de aquí se salta al: ¡Qué diablos, si yo solo quiero escribir! Y toda la cantidad de sacrificios que decidir algo así lleva aparejados. En mi caso, eso ocurrió después de dos años de mi vida perdidos en exámenes de oposición.
¿Cuál ha sido la experiencia más gratificante que has vivido a raíz de la escritura?
Muchas, por suerte. Me casé con una lectora que vivía a diez mil kilómetros de mí, para empezar. Si eso no es magia… Gracias a este oficio he integrado en mi vida, como amigos, a grandes profesionales que yo admiraba, caso de Royo, Pacheco, Nekro y me ha hecho conocer y pasar momentos inolvidables con infinidad de grandes artistas y compañeros de oficio. Pero quizá las experiencias más abrumadoras son aquellas que llegan a través de las experiencia íntimas de tus lectores. Las más conmovedoras son las que cuentan cómo tu trabajo les hizo un poco más amables sus pequeñas o grandes tragedias personales en un momento concreto. Ahí es donde se te rompe todo y das por bien invertidas todas tus horas de insomnio, todas las privaciones personales y todas las frustraciones que conlleva también este oficio.
¿Tiene tu vida profesional relación directa con tu faceta como escritor?
Mi vida profesional es mi faceta como autor. No concibo otra realidad.
¿Cómo te formaste como escritor?
Observando cómo narraban otras personas. Y añado que “narrar” no es en ningún caso privativo de los escritores. Como es lógico la literatura es tu vía de entrada al oficio y yo he observado las pautas y maneras de muchos narradores literarios que me encanta cómo resuelven las cosas. Uno adapta de aquí y de allí y termina configurando su propio estilo Pero también otros modelos de narración, muy especialmente grandes series de televisión y videojuegos. Algunos de ellos tienen un trabajo narrativo (no me refiero solo a un buen guión) realmente apabullante. Luego creo que la lírica me influye mucho, especialmente en su faceta de jugar con el lenguaje para crear imágenes literarias. Y por último soy un profundo deudor del mundo del rol. No tanto de sus universos, como imagino que será inmediato pensar, como de sus dinámicas.
¿Alguna rutina o incluso manía al ponerte a escribir?
Muchas. Esto se alargaría hasta el infinito si te hago el listado completo.
¿Prefieres algún lugar o momento a lo largo del día para escribir?
Antes era profundamente nocturno. La mayor parte de esta saga se ha escrito de madrugada. Era el momento perfecto, pero te descontrola mucho la salud y la vida en general. Ahora depende del día. Mañana o tardes, me es indiferente, pero para poder concentrarme debo estar completamente despejado y que no se mueva nada a mi alrededor.
Antes de iniciar una novela, ¿la planificas mucho o te dejas llevar por la inspiración?
Antes de iniciarla sí que hay una fase intensa de planificación. La tengo que ver al completo; definir muy claramente los personajes, sus personalidades y trasfondos, sus interacciones, todos los hitos importantes deben estar concretados y claros… luego, en la fase de redacción dejo espacio para cualquier tipo de cambio. No suelo ceñirme a la estructura previa; pero esta debe de existir y debe de ser sólida, solo así puede admitir los cambios.
¿Eres un escritor de los que escriben a mano o te decantas por las nuevas tecnologías?
Si puedo a mano, con pluma de pavo real y sobre pergamino, que le da mucho más empaque a la cosa. Si puedo permitírmelo con tinta de elaboración propia, claro. Aunque por preferir soy más de tablilla de barro… ¡No, por Dios! Cualquier cosa que facilite el oficio. Y desde luego trabajar directamente en soporte informático con todas las ayudas a la redacción y a la edición que nos aporta todo el universo de la red supone un avance de tiempo increíble. Son herramientas fantásticas y están ahí para ser usadas. No entiendo muchas veces esta gente que sataniza la tecnología y le da un absurdo valor de calidad añadida a algo simplemente porque se ha hecho con medios “tradicionales”. La herramienta no influye en la calidad de un escritor ni en la del texto. Es tan absurdo como pensar que un fuego hecho con pedernal es mejor fuego. Ni es mejor, ni calienta más, ni va a durar más; la única diferencia es el tiempo que invertiste para llegar exactamente a lo mismo.
¿Cuáles son las dificultades a las que hoy en día se enfrenta un escritor?
Las de siempre: que le den crédito a su trabajo, que le den una oportunidad. Antes de la revolución tecnológica tenías que convencer a un editor de que apostar por tu trabajo iba a ser rentable para él. Ahora puedes llegar a millones de lectores y dependes de su juicio, de que elijan tu trabajo de entre la extraordinaria oferta que existe. El océano es inmenso y eres solo un pequeño pez.
Quizá hay otro añadido, pero no es privativo de los escritores, sino de todo artista, que es el valor de su trabajo. Convencer a la gente que los artistas en general somos individuos corrientes en nuestra inmensa mayoría, que vivimos de los libros que hacemos que son una inversión personal de tiempo, esfuerzo y en muchos casos dinero; y que como todo trabajador tenemos derecho a cobrar por ello, especialmente cuando se opta por una política de precios razonables.
¿Cómo es un día normal para Jesús? ¿Cuánto tiempo le dedicas a escribir?
Un día de trabajo normal implica un café, revisión del plan diario de trabajo, preparar el estudio para grabar, otro café, entre tres y cuatro horas de grabación/edición/montaje. Otro café. Revisión del trabajo de redacción del día anterior y corrección, almuerzo, café, 6 horas de redacción mínimo, presencia en redes que incluye mis compromisos de Patreon, contestar e-mails o cualquier otro asunto de gestión y cierre con planificación del día siguiente. Por suerte, cuento con la ayuda de mi mujer; ¡bendita santa!
Asumo que antes de ser escritor también has sido lector. ¿Qué te gustaba leer y qué lees ahora? ¿Le dedicas muchas horas a lo largo del día?
Hay poco tiempo libre en el ritmo de mi vida actual y cuando lo tengo necesito socializar, que mi trabajo es bastante solitario, así que no tengo mucho tiempo para la lectura, desgraciadamente. Fui lector de fantasía y mucha poesía. Leía sobre todo estudios sobre historia, que es mi campo de conocimiento. Entre mis géneros actuales: ficción histórica; y he cambiado los manuales de historia por astrofísica y física en general.
¿Eres lector de libros de papel o también lees ebooks?
No le tengo apego emocional a ningún formato, para eso soy enormemente pragmático. A mí lo que me importa es la pluma que hay detrás de esa historia y la calidad de un libro no la mide ni la herramienta con que se hace ni el formato en el que se consume, así que si encuentro un buen libro, no me importa su formato de lectura.
Si en este momento tuvieras que recomendar una novela, ¿cuál sería?
Me gusta mucho el trabajo de Santiago Posteguillo. Me parece que trabaja el género histórico con mucho rigor sin restarle emoción, acción y toda la literatura que merece una obra que en realidad sigue siendo ficción. Es una apuesta segura para mí. Elvira Sastre si te gusta la poesía. El pulso poético de esta chica pone los pelos de punta.
¿Hay algo que haya influido en tu manera de escribir como la música, el cine, alguna vivencia, tus raíces…?
Si tu vida no se cuela en tus obras probablemente estás haciendo obras sin alma. No importa el género que trabajes. Mis historias son fiel reflejo de todas mis etapas. Son lo que pienso, lo que siento, lo que he pensado y sentido en otros momentos, reflejan mis miedos, mis esperanzas, mis latidos y también son fiel reflejo de la música que escucho, el cine que veo o la gente que me importa. ¿para qué escribir si no dejas parte de tu carne entre tus propias páginas?
¿Tienes otras aficiones además de la literatura?
Soy un sucio adicto a los videojuegos. Afortunadamente, mi mujer también.
Hay miles y miles de novelas disponibles, y el tiempo de los lectores es acotado. ¿Qué crees que hace que tus novelas sean únicas?
Lo único que hace única a una obra es la mano que la escribe. Sirve para mí y para todos los autores vivos y muertos. Que nadie abandere la originalidad de un argumento porque hay inmensas probabilidades de que alguien ya lo haya trabajado en algún tiempo, lugar o formato antes que tú. Así que buscar eso es absurdo. El sello personal a la hora de narrar una historia determina lo único que puede alejarla de cualquier otra historia escrita. Soy muy consciente de que a mis lectores les gusta las historias que les cuento, pero lo que les engancha es mi manera de contarlas. Y, desde luego, eso es lo que a mí me engancha de las historias de otros autores.
¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto? ¿Nos podrías adelantar algo?
Hay muchas cosas sobre la mesa del escritorio. La más urgente, la finalización de la saga con la redacción del VI volumen. También queremos revitalizar la serie romántica: Irene, y andamos poniendo fechas y ubicándola en el calendario. Estamos con la remasterización de «El enviado» narrado por el autor al que seguirán los siguientes libros de la saga. Con seguridad, les seguirán también los volúmenes de Irene. Quiero todo mi catálogo en audio, a ser posible. Hay conversaciones sobre un posible cómic centrado en «La flor de jade», del que de momento solo puedo avanzar que estamos en la fase de tanteo. Y una vez acabada la saga es probable que nos quedemos en el universo «La flor de jade» con una serie de libros autoconclusivos cuyas tramas corten en algún punto, de manera transversal, el argumento principal de la saga. ¿Y eso qué es? Bueno, historias que tienen su inicio y final fuera del argumento de la saga, pero que en algún punto de la narración la historia conecta y coincide cronológicamente con momentos, eventos y personajes de la saga . No sé si he acabado de explicarme bien. En mi cabeza tiene sentido.
En fin, que tenemos una cartera abultada de proyectos. Espero poder tener la oportunidad de enseñároslos aquí en su momento.
Para acabar, te deseamos muchísima suerte con la nueva entrega de la saga y con el resto de tu carrera como escritor. Si quieres comentar algo más con nuestros lectores, este espacio es todo tuyo.
Insisto, muchas gracias a vosotros por interesaros por mi trabajo. Es un placer haber estado aquí.